Una PC gamer es una computadora especialmente diseñada para ofrecer un rendimiento óptimo en videojuegos. A diferencia de las PCs convencionales, las PCs gamer cuentan con componentes de alta gama que permiten ejecutar juegos con gráficos complejos y altas tasas de cuadros por segundo (FPS). Esto incluye procesadores potentes, tarjetas gráficas de última generación y suficiente memoria RAM.
La decisión entre comprar una PC gamer preensamblada o armarla tú mismo depende de tus preferencias y habilidades. Las PCs preensambladas ofrecen comodidad y soporte técnico, pero pueden ser más costosas y menos personalizables. Armar tu propia PC te permite elegir cada componente según tus necesidades y puede ser más económico, pero requiere conocimientos técnicos y tiempo para el ensamblaje y configuración.
El overclocking es el proceso de aumentar la velocidad de funcionamiento de componentes de hardware para obtener un rendimiento superior al especificado por el fabricante. Aunque puede mejorar el rendimiento, también conlleva riesgos como mayor generación de calor y posible inestabilidad del sistema. Debes considerar el overclocking solo si tienes experiencia o estás dispuesto a aprender sobre el proceso, y asegúrate de contar con una refrigeración adecuada.
Al seleccionar una PC gamer, es crucial considerar componentes clave como el procesador (CPU), la tarjeta gráfica (GPU), la memoria RAM, el almacenamiento, la placa madre, el sistema de refrigeración, la fuente de poder (PSU), el gabinete, y el monitor. Cada uno de estos elementos juega un papel importante en garantizar un rendimiento óptimo y una experiencia de juego fluida.
En Nnet, puedes personalizar tu PC gamer eligiendo entre una variedad de componentes, periféricos y accesorios. Desde el procesador y la tarjeta gráfica hasta el gabinete y la iluminación, puedes configurar cada aspecto para adaptarse a tus necesidades y preferencias. Además, ofrecemos servicios de montaje y configuración para asegurar que tu PC esté lista para usar de inmediato.
La selección del monitor adecuado depende de varios factores, como la resolución (Full HD, Quad HD, 4K), la frecuencia de refresco (60Hz, 144Hz, 240Hz), el tiempo de respuesta, la tecnología de panel (TN, IPS, VA), y características adicionales como G-Sync o FreeSync. También debes considerar el tamaño del monitor y la curvatura para mejorar tu experiencia de juego.
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